
En la cita quedó en claro que los parlamentarios están a favor de aprobar esta iniciativa, sin embargo, cuando se comience a revisar el detalle del articulado, no está del todo claro que su tramitación sea expedita. En este primer acercamiento al texto, todos se mostraron felices, pero esto es sólo el comienzo de un camino -que de ser corto, podría extenderse por al menos 3 meses; y de ser largo, años-.
Cecilia MorelA mi juicio, Morel no conoce el objetivo del mencionado sistema, o al menos no sabe expresar lo que sabe. Durante la conferencia de prensa, confundió términos legislativos y sus argumentos fueron débiles y básicos. No entiendo cómo alguien que no se maneja en la problemática nutricional esté a cargo de una reforma tan importante. De hecho, se propone un presupuesto anual inicial de 1.668 millones de pesos. No es menor!
Una de las cosas que me llamó la atención es que el Sistema estará a cargo del MDS, hecho que se justificó en que esta cartera es la encargada de formular políticas en favor de los más desposeídos y se entiende que éstos son más propensos a desarrollar obesidad y sedentarismo. También se dijo que este ministerio era un organismo coordinador de acciones por excelencia, de allí que deba encabezar esta gestión.
Entiendo que la coordinación es entre los ministerios que intervendrán (salud, educación, vivienda, deporte, etc.). No sé si este será un intento más de centralizar políticas dispersas. Tengo la impresión que las cosas no cambiarán demasiado. Hoy existen intervenciones parceladas, pero no una política pública integral orientada a disminuir la obesidad.
Muchos como yo, han sido escépticos respecto al Programa Elige Vivir Sano. Creo que el eventual sistema no sólo debe centralizar los esfuerzos públicos, sino que -fundamentalmente- debería aunar las propuestas privadas y académicas que realizan diversos actores. Ello porque hemos sido testigos que las intervenciones públicas han sido aisladas, mientras que el trabajo de universidades y organizaciones parece tener mayor continuidad.
Un capítulo aparte merece el tema de los conflictos de interés que hoy existen entre los auspiciadores de Elige Vivir Sano. No es posible que la misma industria alimentaria sea quien financie parte del programa, el mismo que debe tomar decisiones a la hora de fomentar la alimentación saludable.