La sicología de la nutrición siempre ha planteado que el problema del sobrepeso se relaciona con la falta de control -que repercute en la cantidad de comida que ingerimos- y en la incapacidad de lidiar con el estrés -que influye en el autoestima, las capacidades cognitivas, la disciplina y la determinación-.
Los científicos habían realizado estudios para contrarrestar uno de estos factores, pero por primera vez, académicos se dieron a la tarea a combinar ambos. Profesores de la Universidad de Waterloo y la Universidad de Stanford utilizaron la técnica de “Afirmación de Valores” que les entregó impensados resultados.
Se reclutaron mujeres, a quienes se les pesó y midió el Índice de Masa Corporal (IMC). El 60% tenía sobrepeso y obesidad, y el 40% estaba en rangos normales. Se las dividió en dos grupos. Al primero se le pidió escribir un ensayo acerca de sus valores (conceptos como las creencias religiosas, el valor de la familia, talentos, etc.) Al segundo grupo se les pidió escribir sobre cosas que la gente valora. Ninguno de estos textos debía referirse a la salud.
Luego de dos meses y medio, se las llamó, pesó nuevamente y midió el IMC y el contorno de cintura. Luego a todas se la aplicó un test para medir la memoria de trabajo que se relaciona con el autocontrol. El primer grupo había bajado una media de 3,4 libras, mientras que el segundo subió 2,76 libras (promedio de 13 libras en un año).
Escribir valores

Aunque los científicos reconocieron que este es un experimento muy inicial y no generalizable, con él descubrieron también que la obesidad y sobrepeso generan en las personas un estado de letanía de autodestrucción. Sin embargo, si se altera este círculo aunque sea un instante, las personas podrían frenar este proceso que termina por enfermarlos.