Cada vez que justificamos un mal hábito diciendo que luego haremos uno bueno, estamos en presencia de una creencia compensatoria. Este concepto sicológico también se aplica a la nutrición. Cuántas veces hemos dicho que tenemos permiso para tomarnos un helado si después vamos al gimnasio!!!
Hasta hora las creencias compensatorias eran aplicables a la población adulta, sin embargo un estudio de la Universidad de Derby en Inglaterra, demostró que los niños también las utilizan, lo que podría explicar el incremento de la obesidad infantil.

En lo concreto, la mayoría de los niños admitía que comía comida chatarra, veía varias horas televisión o jugaba en su computadora, o dormía toda la tarde si después compensaba estas “malas acciones” con otras positivas en el mismo rango. Es decir, si comía papas fritas, al día siguiente comía solo ensalada; o veía televisión en la mañana y en la tarde estudiaba; o dormía hasta tarde y luego salía a andar en bicicleta.
De acuerdo a los científicos a cargo del estudio, este tipo de conductas -hasta ahora propias de los adultos- podrían dañar los esfuerzos tendientes a mantener o perder peso. El hecho que los niños también utilicen estas técnicas de justificación sería aún más peligroso puesto que esta suerte de trampa podría dar pie al sobrepeso infantil y a una obesidad de adulto.