
Muchos creen que la única forma de dejar el sedentarismo de lado es practicar un deporte regularmente. La verdad es que esta es la mejor opción si buscamos mejorar nuestra condición física porque nos asegura gastar las calorías necesarias y a la vez, genera una hábito en nuestra rutina, aspecto clave para evitar que el desgaste energético sea algo ocasional.
Deportes
Las cifras siempre han sido elocuentes para graficar si el movimiento que hacemos es relevante si buscamos bajar de peso. La regla básica es quemar más calorías de las que consumimos regularmente. Revisemos algunas disciplinas y su gasto energético promedio:
– Rudby: 2.500 calorías podría quemar un rudbista en una partido
– Natación: 3.600 calorías quema un nadador en una carrera (práctica regular más competencia de alto rendimiento)
– Tenis: 2.160 calorías puede quemar un tenista en un mach
– Ciclismo: 1.440 calorías quema un ciclista en una carrera promedio
– Fútbol: 810 calorías quema un futbolista en un partido
Actividad física doméstica
Como la mayoría de la población no practica ningún deporte, aquí va el gasto energético de una persona que realiza durante una hora, una de las siguientes actividades domésticas:
– Pasar la aspiradora: 114 calorías
– Lavar platos: 78 calorías
– Barrer: 66 calorías
– Hacer camas: 90 calorías
– Lavar ropa a mano: 81 calorías
– Planchar: 93 calorías
– Limpiar ventanas: 120 calorías
– Bajar escaleras: 204 calorías
– Subir escaleras: 525 calorías